Los diez mejores destinos para viajar con tu pareja (fuera de lo común)
1. COLMAR, FRANCIA
Colmar es todo lo que un amante de los cuentos de hadas y las películas de Disney puede desear. Esta pequeña ciudad de la región francesa de la Alsacia , en el noreste del país, quizá no esté la primera en la lista de lugares que visitar en Francia, pero cualquiera que la conozca pasará a colocarla en su top de ciudades idílicas.
Los rumores dicen que el pueblo de Bella está inspirado en Colmar, y las razones están por todas partes. Situada en el corazón del valle del Alto Rin, entre Basilea y Estrasburgo, Colmar tiene un tamaño perfecto entre ciudad y pueblo que nos permite ‘patearla’ con sosiego y casi sentirnos como uno de los aldeanos que daba los buenos días a Bella en la película de Disney. Y eso es parte de su encanto: poder olvidarnos de la agitación de la ciudad sin necesidad de convertirnos en ermitaños o huir al lugar más remoto de los Picos de Europa.
Colmar ha pertenecido dos veces a Alemania y tres a Francia, así que no es de extrañar que rasgos de ambos países se palpen, por ejemplo, en la famosa arquitectura de la ciudad.
Su centro histórico está clasificado como zona protegida y ha sido continuamente restaurado para llegar hasta hoy como lo que es: una composición de casas antiguas, muchas del siglo XIV, de estilo gótico germánico, con entramados y postigos de madera al modo francés, del renacimiento tardío…

2. ESTAMBUL, TURQUÍA
"Si el mundo fuese un solo Estado, Estambul sería su capital”. Por muchas explicaciones que uno lea sobre el significado de esta frase de Napoleón, solamente existe una forma de entenderla por completo: contemplarla, perderse en su inmensidad y sentir el vértigo que supone encontrarse en medio de un torbellino de años de historia mezclados con mentes inquietas cuyo mayor deseo es seguir escribiendo más y más páginas.
Mentes de todos los colores, con millones de ideas, que en cualquier otra parte del mundo probablemente chocarían y se destruirían. Pero no aquí, no en la que fue capital de tres imperios, no en la ciudad donde Europa y Asia se dan la mano.
En Estambul la diversidad se ensalza y las mezquitas, las iglesias y las sinagogas se levantan a escasos metros en la misma calle. La gente come en puestos callejeros y cena en azoteas con vistas al Bósforo, escucha los acordes de las baglamas en las teterías y baila electrónica en los clubs nocturnos. Y en las calles huele a especias, castañas y maíz, pero la última sensación que se queda en el cuerpo al pisar la ciudad es la de las ganas de crecer más y más.

3. LJUBLJANA, ESLOVENIA
A Liubliana (Ljubljana), capital de Eslovenia, poco le falta para ser un escenario de cuento. Ayudan a ello las calles adoquinadas de su bonito casco antiguo y su castillo medieval. En 2016, la capital de Eslovenia celebró sus 25 años de independencia respecto a Yugoslavia. Diminuta pero llena de estímulos, en este cuarto de siglo ha desarrollado un gran interés por la cultura y la creación de vanguardia. Sus talentos bien merecen robar la atención, aunque sea de forma momentánea, de destinos mucho más obvios como Venecia, de la que se encuentra a apenas dos horas de distancia.

4. EDIMBURGO, ESCOCIA
La capital de Escocia es la perfecta postal de un cuento gracias a sus castillos sobre colinas, sus calles empedradas y sus centenarias leyendas. Aquí fue donde J. K. Rowlings se inspiró para crear el mágico mundo de Harry Potter , y donde hicieron lo propio Sir Arthur Conan Doyle, autor de Sherlock Holmes y Robert Louis Stevenson, de La isla del tesoro.
Los lugares más interesantes de Edimburgo se agrupan en torno a la Ciudad vieja y la Ciudad nueva, ambas declaradas Patrimonio de la Humanidad. La primera aún conserva su planta medieval, y entre sus calles sobresale la Royal Mile, una arteria comercial de una milla escocesa de longitud (1,8 kilómetros) .
Está llena de tiendas de souvenirs, construcciones antiquísimas –como el Gladstone’s Land, un bloque de viviendas de 1505 que alberga piezas originales de la época- y guarda varios símbolos de la ciudad, como la catedral de San Giles. Es zona de paso obligada por su situación, y para disfrutarla a tope, es imprescindible esconderse en algún cluster (los famosos callejones de la zona) para dar rienda suelta a vuestra pasión cual pareja de adolescentes...

5. ZURICH, SUIZA
Cuando pensamos en Suiza lo hacemos a menudo en bancos y finanzas, pero también en montañas y lagos. Centrándonos en esta segunda idea recorremos Zurich con el único propósito de mimar a nuestro cuerpo. Porque esta ciudad es sin duda la más hedonista del país con sus spas, restaurantes a la orilla del lago, impresionantes vistas y por supuesto chocolate.
Pasear por el entorno del lago de Zúrich es algo que hay que hacer aun cuando el tiempo no acompaña. En la plaza de Bellevue es donde acaba el río Limmat y empieza el lago. Caminando hacia Zürichhorn se llega a Blatterwiese, una de las zonas verdes más cómodas de la ciudad, donde relajarse o practicar deporte al aire libre. En ese zona, desde Bürkiplatz, se toman los cruceros que recorren el lago.
También los buses que llevan a uno de los restaurantes más idóneos para esto del relax. Seerose tiene una terraza a la orilla del lago desde donde se pueden disfrutar muchos de los platos de pescado de la cosmopolita y ambiciosa carta de este establecimiento. El servicio de alquiler de bicicletas Züri Rollt es gratuito. Solo se necesita una identificación y un depósito de 20 francos suizos (16 euros) que se recuperará cuando se devuelva el vehículo.

6. SINGAPUR
Vibrante, lujosa, calurosa, iluminada y multicultural. Así es como describiría a Singapur, una de las ciudades, sino la que más, moderna del mundo.
Sus estrictas políticas de modernización, innovación y desarrollo de la infraestructura han convertido a esta pequeña ciudad-estado en un paraíso del lujo.
En Singapur hay mucho por ver, probar, oler y andar. Mucho por conocer y saborear, pero sobre todo, hay mucho por sentir.
Al ser un territorio en donde desde siempre han convidido tantas nacionalidades y creencias distintas, el conocimiento y la tradicionalidad afloran en sus calles.
Singapur ha sabido crearse para no pasar desapercibida. Todo lo inimaginable, es realidad aquí. Un orgasmo para los fotografos y para los románticos, para los cazadores de atardeceres y para los enamorados de la flora.

7. JAIPUR, INDIA
Si hay una ciudad que representa a la perfección el auge y la caída de los maharajás de la India esa es Jaipur.
Coqueta como ninguna pero al mismo tiempo, gigantesca y caótica, la 'ciudad rosa' es la gallina de los huevos de oro de Rajastán, la principal referencia turística y una ciudad, a veces, demasiado embellecida por los folletos turísticos.
Aún así, Jaipur rezuma fastuosidad y pobreza a un ritmo vertiginoso. Quizá la causa sea que su fundador llegó al poder con 11 años y, por eso, Jaipur mantiene un perfecto equilibro entre la magia y la ciencia, la realidad y lo imaginado.
Un observatorio astronómico, una de las mayores y más lujosas mansiones del país, una ciudad arquitectónicamente perfecta y estéticamente bella, y un cine de colores chicle transmiten la sensación de que aquellos caprichos de un joven emperador se convirtieron con el tiempo en la referencia de una región y un país. Pero eso lo veremos más adelante.
Vista con los ojos de la época, más que una ciudad, Jaipur fue un auténtico escenario donde plasmar los cuentos de hadas que le contaban en palacio a aquél infante, Jai Singh II.
Antes de ser una realidad, fue un sueño en la mente de un niño inquieto que al llegar al poder, a finales del siglo XVIII, desde su morada en Amber donde vislumbró su capricho color de rosa, a diez kilómetros en elefante.

8. SAN MIGUEL DE ALLENDE, MEXICO
San Miguel, en el estado de Guanajuato, es literatura arquitectónica. Con un ambiente de poesía romántica, moldeada por la influencia Beatnik de los años 40 (Neal Cassady vivió aquí sus últimos años) y con la cadencia marcada por las canciones tradicionales otomíes, San Miguel engancha desde el primer momento.
No hay mejor lugar para apreciar San Miguel que desde las alturas, con la visión panorámica de su belleza colonial que dan los múltiples rooftops de la ciudad.
Coronando un antiguo establo de la hacienda de Ignacio José de Allende (el revolucionario en cuyo honor se llamó a San Miguel) , La Azotea , a un tiro del Jardín Allende y con vistas a tres edificios emblemáticos de la ciudad, tienta con un patio iluminado y un menú más que sobresaliente, en los que destacan los camarones con chipotle y el Martini de pepino.
A un tiro de piedra, La Posadita hace gala de su cercanía con la Parroquia de San Miguel Arcángel y utiliza el edificio como decorado dramático de su terraza. En la mesa, productos orgánicos y locales se convierten en chiles rellenos y margaritas de tamarindo.
Más allá del plato, los rooftops sirven en bandeja el manjar visual que es San Miguel.
Mires donde mires, tienes una imagen de postal; desde la tríada del convento de Las Monjas, el templo de San Francisco y la Parroquia que se ve desde La Azotea, al primerísimo plano de la Parroquia de La Posadita, a las vistas en 360ª de la terraza del Sky Lounge en el hotel Nena.
Olvídate de Instagram: el recuerdo de San Miguel desde las alturas será el mejor souvenir que te lleves de tu visita

9. KIOTO, JAPÓN
La ciudad de Kioto fue capital de Japón durante más de mil años. En ella se pueden visitar algunos de los monumentos más famosos del país: Kinkakuji, Ryoanji, Kiyomizu... Por la noche, el barrio de Gion es una buena zona para empaparse del ambiente más tradicional e incluso ver a alguna maiko o geisha. Muy cerca de Kioto, el santuario de Fushimi Inari y el bosque de bambú de Arashiyama son los decorados perfectos de un viaje por el país del Lejano Oriente.
Kioto ganó el premio en el 2017 a la ciudad asiática más romántica y es que, su perfume endulzado dura casi todo el año, tanto en el otoño, durante la temporada de la caída de las hojas de los árboles que adornan la ciudad, como en primavera, durante la época de la flor del cerezo.
Sus calles intactas desde la época del imperialismo japónes, sus adornos florales y la tranquilidad que se respira en el ambiente, gracias a que es una de las ciudades más seguras y más verdes del mundo, hacen de Kioto, una escapada (o un viaje) abrumador para las parejas.

10. CHEFCHAOUEN, MARRUECOS
Ubicada al noroeste de Marruegos, Chefchaouen (también conocida como Chaouen o Xauen) es una pequeña ciudad emplazada en las montañas del Rif, cerca de Tetuán. Al estar absolutamente todas sus construcciones pintadas de color azul, sus visitantes sienten que al entrar, están ingresando directamente al mismísimo cielo.
Las paredes, las puertas, las mezquitas e incluso los faroles están impregnados con esta tonalidad brillante y atractiva. Compuesta por callejones estrechos, escalinatas irregulares y flores en el exterior de las casas, la ciudad fue fundada en el siglo XV y durante cientos de años habitada por refugiados judíos y musulmanes.
Chefchaouen permaneció casi 500 años aislada del exterior hasta que, en 1960, apareció la primera oleada de mochileros occidentales luego de que el pueblo fuera “abierto” por las tropas españolas.
El color azul es una tradición que trajeron los refugiados judíos. Hace referencia al cielo azul que es un importante símbolo de libertad y es además el lugar en el que teóricamente se encuentra Dios. Su aislamiento del resto del mundo fue lo que permitió que esta tradición y las construcciones más medievales perduraran a través del tiempo.
