Conóceme mejor
Actualizado: 18 sept 2019
¡Buenas! Soy Martí, Martí Alías.
Nací en Barcelona la madrugada de un 22 de agosto de 1995. En el momento en el que se publique esta nueva entrada, tendré 24 años y un mes exactamente, aunque quizás, cuando lo estés leyendo, tenga 25, 28 o 33 años.
Tengo la suerte de que en mi familia siempre ha habido un afán peculiar para viajar. Cuando todos mis amigos se quedaban los fines de semana en sus casas, en las casas de sus abuelos o en el pueblo cerca de donde vivían, nosotros nos ibamos a hacer ruta con el coche o la caravana por Cataluña.
Con a penas un año, traspasé la frontera y viajamos a Francia. Mis padres siempre han sido unos enamorados de Francia y, suerte la mía que les guste un país que ofrece paisajes y escenarios tan espectaculares a tan buen alcance.
Barcelona y yo llevamos estando en una relación sentimental desde que tengo uso de la razón. Me fascina todo de ella, su gente, sus calles, sus monumentos, su facilidad para entenderla, su sentimiento, sus emociones... sus mañanas y sus tardes... y sobre todo, sus noches y su tiempo.
Me gusta tanto mi ciudad que desde pequeño supe que quería ser guía turístico, para poder trasladar todos mis sentimientos y mis sensaciones al pasear por Barcelona a todos los curiosos y viajeros que se acercasen a ella. Y... bueno. No fue así del todo.
Siempre he sido un chico normal, con una vida normal: casa-escuela-casa, estudiar (o aparentar hacerlo) y salir de vez en cuando con los amigos. He estado trabajando desde los 18 años en oficios relacionados con la atención directa al cliente, sobre todo en hoteles. Tuve la suerte de que con a penas la mayoría de edad cumplida, firmé un contrato en prácticas de ocho meses de duración para trabajar en el que, en aquellos tiempos, era el mejor hotel de Barcelona. Gracias a ese hotel y a toda la experiencia que chupé cual esponja, ha sido el motivo principal de esta "rueda viajante de la suerte" de la que no he bajado (ni lo pienso hacer) hasta ahora. Dicho contrato me brindó la oportunidad de seguir enlazando contratos profesional y ya no en prácticas a una edad precoz, cuando a penas estaba cursando segundo de carrera.
Aproximadamente, tras regresar a casa de un viaje maravilloso, concretamente, un Interrail de 16 días por Noruega con mis ex compañeros de facultad, me diagnosticaron (o me auto-diagnostiqué) el virus del Wanderlust, para los que no sepáis a lo que me refiero, he aquí una definición bastante acertada sobre lo que me refiero:
La etimología de wanderlust nos lleva hasta la lengua germana. Wandern significa “vagar”, mientras que lust lo traducimos como “pasión”. Esto derivaría más tarde en el término anglosajón wanderlust o lo que es lo mismo: pasión por viajar.
En algunos de nosotros esta llama crece dentro del cuerpo y no hay manera de extinguirla. Somos almas inquietas que siempre están pensando a dónde ir, cuándo será el próximo viaje, qué sitios nuevos conocerán y qué aventuras se encontrarán por el camino.
Básicamente, a lo que me quiero referir es que llevo cuatro años viviendo por y para viajar. He estado en las siete maravillas del mundo actual, he pisado, a día de hoy, 64 países alrededor del mundo con un sin fín de anécdotas, vivencias e historias que os quiero reflejar y transmitir a través de este blog, para que podáis vivirlo con la misma ilusión e intensidad que yo.
Decidí estudiar el grado universitario de Turismo y Dirección Hotelera y en tercero me mudé a China, concretamente a Beijing (Pekín) para trabajar en uno de los mejores hoteles del país y estudiar mandarín. Y ahí es cuando todo cambió.
La experiencia me gustó tanto, que juré conmigo mismo que conseguiría un trabajo que me permitiera escapar de la rutina y expandir mis horizontes de la lógica y de los sentimientos, que me permitiera forjar lazos con culturas, ciudades y personas desconocidas hasta el momento y que me hiciera sentir que no pertenecía a ningún lugar, si no a todos a la vez.
Volví de China estuve trabajando en el aeropuerto durante medio año, mi primera toma de contacto con el mundo, o más bien dicho, con la secta de la aviación. Digo secta porque una vez que entras, no sales. Bueno, si te echan sí sales, pero no es lo común.
Actualmente y desde hace ya unos años, formo parte de la tripulación de cabina de la principal aerolínea a nivel nacional, trabajo que me propulsa diariamente hacia nuevas aventuras, nuevos destinos, nueva gente y sobre todo, nueva historias para contar.
Lo que más me gusta, a parte de viajar, los aviones, la comida y escribir es hacer viajar a la gente, ya sea mediante mis consejos, mis advertencias o mis guías. Me encanta planificar, me encanta recomendar y soy un stalker de viajes nato. Así que decidí crear esta plataforma para todos aquellos que me conozcáis o que no, pero que queráis ilustraros con mis viajes, recomendaciones, consejos y fotos.
Y todo se remonta aquí, a partir de ahora, el pasado es la historia que quiero transmitiros y el futuro, la esperanza de nuevas y mejores vivencias, en las que espero que forméis parte de ahora en adelante.
